Desde el año
2010 perdí mi empleo como dependiente en una empresa transnacional y de
inmediato tuve que ponerme a realizar varias actividades para poder generar un
poco de renta y cubrir mis gastos ordinarios y seguir con los estudios
universitarios, es así como este episodio tan cotidiano en la vida humana me
involucró sin querer con un ambiente de exigencia económica medianamente
fuerte, donde hay que salir a las calles a encontrar alguna manera muy temporal
de ganarse unos cuantos soles y cubrir ciertas necesidades muy pero muy básicas
que se necesitan para seguir viviendo como la compra de una pastilla para la
fiebre o dolor de estómago, el costo de una consulta médica muy modesta en
algún establecimiento de salud pública (postas médicas locales), pagar un
pasaje de microbús para ir a estudiar, sacar una que otra fotocopia, comer un sándwich,
etc… Es así como me sumergí en el poco cómodo camino de obtener unos cuantos soles
en el día para poder gastarlos sin poder conseguir un ahorro alguno.
Y este mi
blog no consiste precisamente en comentar los infortunios de mi vida, pues el
lector de seguro que también pudo haber pasado por lo mismo, o sino en algún
momento directa o indirectamente lo podrá tener de cerca; sin embargo, el tener
que coger un vehículo por horas para hacer un poco de “taxi informal” por horas,
claro sin descuidar las actividades académicas que gracias a mi padre no las
tuve que abandonar, a un estudiante de la carrera de derecho le hace pensar
mucho, el apreciar las calles, escuchar a las personas hablar de sus problemas
y en especial escuchar la radio “Radio Capital” por cierto que me mantiene tan
informado de la actualidad social y política.
Es así como
gracias a esta experiencia uno se puede dar cuenta de que luego de las oficinas,
los cafés en Starbucks, los almuerzos con los compañeros de trabajo en un
restaurante más o menos costoso y luego de viajar cómodamente en un auto con la
solvencia de poder comprar combustible cuantas veces sea necesario, luego de
muchas otras cosas más donde uno realiza actos de consumo, existe otra realidad
a la que uno muchas veces le es ajena.
Desde
aquella época mencionada en la introducción hasta entonces, luego claro de la
aventura del negocio propio el cual fue medianamente rentable por un corto
tiempo, es interesante como las circunstancias de la vida te aleccionan sobre
la realidad que nuestros semejantes contactan diariamente, aquella clase social
media baja y media alta que, sin tener dinero en demasía ha surgido luego de
que ellos mismos o sus antepasados hayan sido muchas veces conocedores de la
pobreza y porqué no quizás de la extrema pobreza.
Es así como
en el afán de querer superarse con una inversión de tiempo y dinero extra en
cursos de especialización dictados por el Ilustre Colegio de Abogados de Lima,
de cursos gratuitos en la Universidad de donde provengo, de visitas a museos
gratuitos, de asistencia a conferencia sino gratuitos a un bajo costo para
estudiantes universitarios, de leer algunos libros y de fotocopiar algunos en
la Calle Azángaro (donde por cierto por un bajo costo los fotocopian muy
parecidos a los originales incluida la tapa y contratapa) para poderlos
consultar a futuro; y también de adquirir algunos viejos en las ferias de libros
de las calles aledañas a la Plaza Francia en Lima y poder visitar la Feria del
Libro en Jesús María, pude adquirir algunos ejemplares de temas muy
interesantes como “La 3era Guerra Mundial ha comenzado de Arthur Du Plesis”, “El
Ateísmo Moderno de La Croix”, entre otros, leer muchas veces los periódicos en
especial el Publimetro que lo reparten gratuitamente, sumado a mi experiencia
propia en en las calles me fue posible
comprender un poco más el quehacer cotidiano de la gente de la clase media baja
y alta, para lo cual he llegado a la conclusión que los programas sociales y
las políticas del gobierno no están casi ni al 10% del 100% enfocadas.
Es cierto,
ofrecer asistencialismo al sector pobre y de extrema pobreza da mucho más
rédito político que orientar hacia las masas de la clase media y que decir si
se les da a los de la clase alta. Algunos que lean esto podrán confeccionar en
sus mentes la lógica de que ello es correcto porque la burguesía, el
capitalismo debe gastar su dinero para obtener todo lo que posea, y capaz hasta
cierto punto puede ser correcto; pero ¿y qué pasa con la clase media? ¿Acaso
esta no es la expresión de que si es posible salir de la pobreza por sus
propios medios?, claro tarda mucho, es cierto. Pero de los análisis económicos
he podido comprender que el factor pobreza sólo se mide con que las personas
puedan alcanzar si no me equivoco 1,250 soles en el entorno familiar, es decir
que todos los miembros de la familia sumados sus ingresos lleguen a esa
cantidad y no serán considerados pobres. Es más la actual ministra del despacho
de Inclusión Social ha afirmado en numerosas entrevistas radiales y televisadas
que los programas asistenciales del Seguro Integral de Salud y en especial el
tan anunciado Seguro Universal Oncológico sólo será para el sector más
vulnerable (madres gestantes, ancianos, niños), pero y aquel que pierde el
empleo sin ser anciano, madre gestante, niño y
por avatares de la vida no puede reinsertarse en el campo laboral ¿no
tiene derecho también a ser asistido socialmente? ¿Por qué no?, si este sujeto
en el tiempo que aportó si contribuyó con el fisco, que es al final de donde
sale el dinero para todos los programas asistencialistas, por qué no, y si para
aquellos que lamentablemente no lo pueden hacer por que el Estado no ha llegado
hacia ellos, pero que de alguna manera viven de manera informal (sin pagar nada
o casi nada al fisco).
Es un poco extraño
este razonamiento, capaz pasible de ser criticado de insensible, pero la “política de la muleta” se caerá cuando
al cojo le quites la muleta. La lógica es esa, en lugar de darle una prótesis
para la pierna, sólo le das una muleta temporal. Y nuevamente reitero un
discurso político siempre o al menos casi siempre debe prometer asistencialismo
a la pobreza y a la extrema pobreza, nunca a la clase media ni mucho menos al sector
A o B, este es un pecado. Ellos que se la arreglen como puedan, más bien hay
que gravarlos mucho más, con más impuestos, porque de ellos saldrá la bolsa
para repartir el dinero entre otros que no son precisamente ellos. Digamos que
es un principio de solidaridad, de fraternidad, claro, donde quitarle al que
tiene para darle al que no tiene, debe ser la máxima, claro sin caer en la
torpeza política de mencionar que se adoptan los fundamentos del socialismo y
del anticapitalismo, ¡No, eso nunca¡, eso sería mucho peor.
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