Es un poco
tarde y es día viernes, en realidad algunos amigos me invitaron a celebrar el cumpleaños
de un colega, pero la verdad preferí venir a mi casa y empezar a leer un libro
que un profesor me recomendó titulado “El Derecho como argumentación” del gran
maestro español de filosofía del derecho Manuel Atienza.
Para ser
sincero recién he leído unas 24 páginas exactamente y me he quedado asombrado
de la capacidad de razonamiento y lógica de sus escritos.
Así que
decidí que no me podía dormir hasta repensar un acápite impactante, al menos en
mi opinión de lector y aprendiz.
Hoy muchos
países vivimos en un sistema político deliberativo llamado “democracia”, y digo
muchos porque la verdad es un sistema más occidental que oriental, pero bueno
eso ahorita no me interesa mucho tratarlo. El tema es que el Estado
Constitucional que ha dejado ya atrás al Estado de Derecho (aunque muchos
todavía, incluso nuestro Presidente lo invoca), no es más que el sistema que ha
perdido o más bien se ha despojado de un poco de la acostumbrada legitimidad
coactiva que hasta antes del siglo XIX imperaba en el mundo.
Y que es lo
que he entendido con esto, y que es lo que en realidad creo que ha pasado, es
que la “democracia” no es más que el voltear la cara para escuchar a los menos
favorecidos o a los involucrados con las medidas que el Estado piensa o
pretende adoptar. Claro está que, la democracia no es más que el procedimiento para
adoptar decisiones a través de la deliberación colectiva, es decir a través del
diálogo racional, mejor dicho a través de una fundamentada argumentación (creo
que lo de fundamentado es redundante, pero bueno).
Pero, ¿en
verdad nosotros, los ciudadanos estamos preparados o somos capaces de
argumentar de manera racional? Esa es la gran pregunta, nuestra sociedad, al
menos nuestro escenario peruano, con una educación básica muy pobre, donde ni
los maestros de colegio actúan de manera racional (bastaría ver las noticias de
cómo el SUTEP protesta incluso auto-lesionándose), deja casi vacía la respuesta
a esta pregunta.
Dejo en
claro, que lo que la democracia ofrece es dejar de lado al Estado autoritario y
que actúa de manera liberal al margen del consenso popular, donde no habrá
consulta previa, participación ciudadana, ni muchos de otros mecanismos de
participación que ahora usamos o al menos conocemos. Lo contrario, la
democracia, exige que los ciudadanos sean capaces de argumentar de manera clara
y racional (vale repetirlo) sus expectativas y puedan conjugarlas con la de las
mayorías, que no es fácil claro, pero que con cierto nivel de lógica y
conocimiento se puede llegar a armar una interesante posición.
Este es un
breve escrito que no he querido dejar de pasar, pero quisiera terminar esta vez
con una pregunta, la cual espero yo mismo responder más adelante, claro con
argumentos más sólidos y elaborados. Hasta aquí se entiende que la democracia
exige ciudadanos preparados para deliberar bajo la razón con un cierto grado de
conocimiento y lógica, entonces, ¿si no tenemos una mayoría de ciudadanos
preparados? ¿Entonces en realidad estamos preparados para la democracia?
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